lunes, 14 de junio de 2010

Comunidad como respuesta a los problemas socio-políticos


Hay organizaciones políticas que, igual como nosotros, abogan por
la paz internacional, la abolición de la propiedad privada, y la plena
comunidad de bienes. Sin embargo, no es posible que podamos
alinearnos con esas organizaciones para luchar a su lado y a su manera. Es
cierto que, al igual que aquellos grupos, simpatizamos con la gente que sufre
privaciones, que carece de comida y techo, al punto que el desarrollo mental
de sus hijos está entorpecido por causa de la explotación que sufren. Nos solidarizamos
con los desposeídos, con los marginados, con los oprimidos. Pero
nos rehusamos a tomar parte en una lucha que hace uso de la violencia para
vengar a las víctimas de la explotación. Nos oponemos a la guerra defensiva del
oprimido tanto como rechazamos la guerra defensiva de las naciones.
No podemos sino vivir en comunidad, ya que en esta lucha espiritual nuestra
postura misma nos coloca al lado de todos los que lidian por libertad,
unidad, paz y justicia social.

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¡Es gratis! Anímate a compartirlo con otra gente. Anímate a vivir la misión en tu comunidad. Con tu gente que no se te olvide que tu primer prójimo es tu familia y tus vecinos. :)

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Oración por los Sacerdotes

Dios Todopoderoso y Eterno,
mira con amor el rostro de tu hijo y por amor a Él,
que es el Sumo y Eterno Sacerdote,
ten misericordia de tus sacerdotes.

Acuérdate, oh compasivo Señor, que ellos son sino frágiles y débiles seres humanos.

Remueve en ellos el don de la vocación
que de modo admirable se consolidó por la imposición de las manos de tus obispos.

Manténlos siempre cerca de ti. No permites que el enemigo les venza, para que nunca se hagan participes de la más mínima falta contra el honor de tan sublime vocación.

Señor Jesús, te pido por tus fieles y fervorosos sacerdotes así como por los sacerdotes infieles y tibios; por los sacerdotes que trabajan en su propia tierra o los que te sirven lejos, en lugares o misiones distantes; por tus sacerdotes tentados, por los que sienten la soledad, el tedio o el cansancio; por los sacerdotes jóvenes o por los que estén a punto de morir, así como por las almas de sacerdotes en el purgatorio.

Pero sobretodo, te encomiendo los sacerdotes que más aprecio: el sacerdote que me bautizó o me ha absuelto de mis pecados; los sacerdotes a cuyas misas he asistido y me han dado tu cuerpo y sangre en la comunión.; los sacerdotes que me han aconsejado, me han consolado o animado y aquellos a quienes de alguna forma les estoy más en deuda.

Oh Jesús, manténlos a todos cerca de tu corazón y bendícelos abundantemente en el tiempo y en la eternidad.

Amén.