lunes, 10 de agosto de 2009

Ponche de Fe, Té Verde: "Si te caen naranjas y limones..."


Ponche de Fe y Té Verde: "Si te caen naranjas y limones..."

Esta receta rinde para unas 24 personas en vasos medianos. Tiene como propósito abrir un foro en la próxima fiesta que tengas para hablar entre todos de cómo haz recibido sanación y cosas lindas aún en medio de las más terribles dificultades... Ten fe.

Ingredientes:

2 tazas de miel, de preferencia de naranja

3 tazas de agua

1 taza de hojas de menta

1 taza de jugo de naranja

1 taza de jugo de limón

8 tazas de té verde preparado
(preparar te verde en bolsitas con agua sin endulzar)

Mucho hielo
Rodajas de limón y naranja para adornar



¿Cómo lo hacemos?

Mezclar la miel y el agua en una sartén colocándola a fuego medi
o hasta que la miel se disuelva.

Calentar hasta que esté a punto de ebullición (cuando se empiezan a formar las burbujitas pequeñas) y añádele la menta.

Dejar que caliente lentamente durante cinco minutos. Evita que hierva.

Sácalo del fuego y déjalo reposar hasta que se enfríe.

Mezcla los jugos de naranja y limón con el té verde.

Agrega luego a la preparación de miel y agua, y verter todo en una ponchera con los cubos de hielo.


Adorna con las rodajas de limón y naranja a gusto personal.


Consejito:


Puedes hacer cubos de hielo y ponérle adentro una rodaja fina de limón enrollada eso le dará un toque especial.
O poner una rodaja dentro d
e cada vaso con una cereza maraschino. ;-)

Mientras lo preparas reflexiona sobre ese viejo adagio o refrán que dice: "Si te caen limones, haz limonada". ¿A qué te recuerda eso? ¿Recuerdas las veces que también haz estado mal y te has sentido solo? ¿Qué hiciste para superarlo? Requiere de una gran fuerza interior tomar nuestra cruz y seguir caminando. Invoca a Dios y pídele fuerzas para todos los que creen que en ese momento están a punto de perderlas. Ora para que tengan la fuerza de ver la salida a todos sus problemas, ora para que puedan ver dentro de sus dolencias todas las alegrías que Diso nos ofrece cada día. Ora para que se renueven, renuévate tu y ayuda a otros a ver la vida con ojos nuevos.

Te recomendamos este libro que trata justamente de eso:



VER LA VIDA CON OJOS NUEVOS
Autor: Gustavo E. Jamut
Editorial San Pablo

Este es un pequeño manual de ejercicio espiritual, para trabajar gradual y profresivamente, esta dedicado a aquellos que conservan la frescura y la juventud de corazón, aquellos que desean seguir aprendiendo, creciento y madurando hasta el final de sus vidas.
Tiene material para la oración personal, ofrece también pautas concretas para experimentar cómo Jesús, médico integral del ser humano, camina con nosostros dándonos su amor y sanación para que veamos la vida con ojos nuevos. Todo nuestro conocimiento espiritual e intelectual solamente es valiosos si lo ponemos en práctica, a fin de impulsar nuestro bienestar, el de nuestros seres queridos, y el de las personas hacia las que sios nos envía para llevarles la Buena Noticia del Reino.

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Oración por los Sacerdotes

Dios Todopoderoso y Eterno,
mira con amor el rostro de tu hijo y por amor a Él,
que es el Sumo y Eterno Sacerdote,
ten misericordia de tus sacerdotes.

Acuérdate, oh compasivo Señor, que ellos son sino frágiles y débiles seres humanos.

Remueve en ellos el don de la vocación
que de modo admirable se consolidó por la imposición de las manos de tus obispos.

Manténlos siempre cerca de ti. No permites que el enemigo les venza, para que nunca se hagan participes de la más mínima falta contra el honor de tan sublime vocación.

Señor Jesús, te pido por tus fieles y fervorosos sacerdotes así como por los sacerdotes infieles y tibios; por los sacerdotes que trabajan en su propia tierra o los que te sirven lejos, en lugares o misiones distantes; por tus sacerdotes tentados, por los que sienten la soledad, el tedio o el cansancio; por los sacerdotes jóvenes o por los que estén a punto de morir, así como por las almas de sacerdotes en el purgatorio.

Pero sobretodo, te encomiendo los sacerdotes que más aprecio: el sacerdote que me bautizó o me ha absuelto de mis pecados; los sacerdotes a cuyas misas he asistido y me han dado tu cuerpo y sangre en la comunión.; los sacerdotes que me han aconsejado, me han consolado o animado y aquellos a quienes de alguna forma les estoy más en deuda.

Oh Jesús, manténlos a todos cerca de tu corazón y bendícelos abundantemente en el tiempo y en la eternidad.

Amén.